BOMBAchita floja

SEX❤

“Tempone, acompañeme por favor”. El catequista me sacó del aula. Cuando lo vi enfilar para el cuartito supe lo que se venía: una charla reflexiva. Que ese platinado susanezco no era mi color natural (¡la obsesión católica por lo natural!), que el esmalte rojo no estaba permitido, que con qué necesidad usaba tanto rimel para ir al colegio. Todos esos comentarios los esperaba, más lo que vino, lo que vino no lo esperaba. “Señorita, lo único que voy a pedirle es que sea más discreta respecto a su vida sexual. Hasta en la sala de profesores hablan de lo que usted hace”.

Mirar porno? Sentir porno!

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Estoy en una cocina amplia iluminada con luz natural. Hay sifones coloridos en un estante ubicado casi al ras del techo. La losa del piso es linda, parece española. Imagino que debemos estar en España o en México. En este ambiente cálido, hogareño, yo soy un hombre y ella me la está chupando. 

Mi alma gemela, Marta Minujín y yo

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Mi alma gemela se llama Verónica. Es abogada. Nació el mismo mes que yo, mayo, una semana después, pero dos años antes. No nos reconocimos mirándonos a los ojos, ni hablando de las cosas que importantes de la vida. Fue mucho más fácil: nos mostramos los celulares y nos dimos cuenta de que las dos compartíamos el mismo color de alma, verde. Al menos, eso aseguraba la app que Marta Minujín había creado para que el destino – en formato de performance artística – nos cruzara hoy sobre el Puente de la Mujer.

Relampago en la oscuridad: Adiós Toto

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Vi a Adicta por primera vez en vivo a fines de 2004 en El Teatro de Colegiales en un show de su banda, Adicta. Esa noche tocaba con Juana La Loca y con alguien más, con Daniel Melero o 7 Delfines, no recuerdo. Llegué invitada por un chico que se convertiría en mi novio tiempo después.